El año que entra, 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de la Secretaría del Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB) lo han declarado Año Internacional de los Bosques. Con esta declaración se pretende crear conciencia de la importancia que los bosques tienen para el planeta, debido a los beneficios económicos, socioculturales y ambientales que proporcionan. Con este fin se promoverá la acción internacional en pos de la ordenación sostenible, la conservación y el desarrollo “de todo tipo de bosques”, incluidos los árboles fuera de ellos.
En el 2007, en los Encuentros de Cáceres, planteamos la necesidad de diferenciar un bosque de un cultivo forestal, y de dar a conocer esas diferencias con el objetivo de preservar los bosques autóctonos. En los “Cum clavis”, celebrado los días 7 y 8 de febrero de 2009, en Berzosa del Lozoya (Madrid), se fijó la definición de bosque y cultivo, y se dio un impulso a la dirección tomada.
Desde entonces hasta ahora se han hecho muchas cosas, y lo más importante, es que hemos podido constatar, que la misma preocupación que tenemos nosotros la tiene otras organizaciones, tanto nacionales como internacionales: Greenpeace, el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM) o la prestigiosa Asociación de Biología Tropical y Conservación, (The Association for Tropical Biology & Conservation, ATBC), la mayor organización científica mundial dedicada al estudio, protección y utilización sostenible de los ecosistemas tropicales. Que ha adoptado una resolución exigiendo a la ONU la modificación de sus definiciones de bosques, por considerarlas confusas y equivocadas (http://www.tropicalbio.org).
Esta petición, es internacional y está tomando cuerpo, pues es necesario que la FAO (Organismo dependiente de la ONU) diferencie entre bosque y cultivo, o como ellos llaman: bosques plantados, ya que con esta definición de bosques plantados abre las puertas a las grandes compañías y gobiernos para que se sustituyan bosques y selvas por plantaciones monoespecíficas de alóctonas, como está ocurriendo en gran parte del mundo.
Nuestro país no se libra de estos planes. Si entre 1940 y 1994 se repobló 2,9 millones de hectáreas con pinos y 450.000 hectáreas con eucaliptos, con el actual Plan Forestal Nacional, que termina en el año 2032, se pretende que esta superficie se incremente en 38.000 km2, es decir la superficie de Salamanca, Zamora y León juntas.
La destrucción de los bosques autóctonos y la plantación de estos cultivos forestales, que en la actualidad ocupan en todo el planeta cerca de 270 millones de hectáreas, y que para el año 2030 se incrementarán a 1.157 millones de hectáreas, está generando un amplio movimiento de protesta en el ámbito mundial, uniendo a través de World Rainforest Movement (Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales) a comunidades campesinas, indígenas, ecologistas y organizaciones sociales de todo tipo.
Trabajar durante este Año Internacional de los Bosques en dar a conocer la importancia de los bosques autóctonos, explicar la importancia de su regeneración natural y la diferencia entre bosque y cultivo, implicando al resto de la sociedad, es todo un reto, que en la medida de nuestras posibilidades, conocimientos y medios trataremos de cumplir.
ARBA "La vieja"
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