Estas podas severas estimulan un mecanismo de supervivencia, mediante el cual el árbol activa las yemas latentes, provocando un rápido crecimiento de múltiples brotes debajo de cada corte. Si el árbol no tiene suficientes reservas energéticas, se debilitará, pudiendo incluso morir. El árbol que sufre este estrés, es más vulnerable a plagas y enfermedades. Por otra parte, las grandes heridas abiertas, exponen la albura y el duramen a ataques. El árbol puede carecer de la energía suficiente para “defenderse” químicamente contra una invasión. Algunos insectos son atraídos a los árboles bajo estrés, mediante señales químicas.
Para podar correctamente, las ramas se deben eliminar hasta su punto de origen. Si se tiene que acortar una rama, debe ser hasta una lateral que sea lo suficientemente grande como para asumir el papel de rama principal. La regla general es cortar hasta una rama lateral que sea como mínimo 1/3 del diámetro de la rama que se va a eliminar.
Para evitar cortar ramas gruesas, la poda debe hacerse todos los años.
2.- Las fotografías son de Alcázar de San Juan, pero esto, desgraciadamente se repite en cada municipio.
3.- Quizá el origen del problema es que quienes realizan esta “poda”, llevan un mono donde puede leerse: «LIMPIEZA». Perdón por el sarcasmo, pero es que realmente duele.
Para saber más:
http://www.isahispana.com/treeCare/resources/topping.pdf
(aunque se pueden encontrar cientos de páginas en Internet)
3.- Quizá el origen del problema es que quienes realizan esta “poda”, llevan un mono donde puede leerse: «LIMPIEZA». Perdón por el sarcasmo, pero es que realmente duele.
Para saber más:
http://www.isahispana.com/treeCare/resources/topping.pdf
(aunque se pueden encontrar cientos de páginas en Internet)
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